Cómo ROE Dental Laboratory ha pasado a fabricar suministros médicos para combatir la COVID-19

La pandemia de COVID-19 ha trastocado nuestras vidas y la economía. El sector de la odontología se ha visto especialmente perjudicado; en Estados Unidos, el servicio de la mayoría de las clínicas dentales se limita únicamente a casos de urgencias. La carga de trabajo en los laboratorios dentales ha caído una media de un 92 % y un tercio de los laboratorios ha cerrado por completo.

El ROE Dental Laboratory, uno de los mayores laboratorios dentales de EE. UU., no ha sido una excepción. A medida que el flujo de pedidos se detuvo casi por completo, se vieron obligados a despedir a la mayoría de su personal, y su futuro parecía incierto.

Dos semanas después, ROE ha vuelto a ponerse en marcha para fabricar equipos de protección individual (EPI) y suministros médicos, que incluyen 15 000 bastoncillos o hisopos nasofaríngeos al día. Estos bastoncillos son esenciales para recoger las muestras de las pruebas de COVID-19. El laboratorio ya ha conseguido recuperar a 175 de sus empleados, y el gobernador de Ohio, Mark DeWine, ha agradecido personalmente sus esfuerzos por contribuir a la lucha contra la pandemia.

Si sigues leyendo, descubrirás de mano del presidente de ROE, BJ Kowalski, como el laboratorio ha aprovechado tecnología dental de vanguardia, entre la que se encuentra una dotación de casi 40 impresoras 3D de Formlabs, para no solo volver a encauzar su negocio, sino también trabajar por el bien de sus clientes y el resto de la comunidad.

Una nueva oportunidad en plena crisis

"Nuestro negocio en el sector odontológico estaba creciendo y tenía un éxito considerable, pero en cuestión de una semana, se estancó casi por completo. Nos dimos cuenta de que había que hacer algo. Pero ¿qué podíamos hacer en un momento como este?" nos cuenta el Sr. Kowalski.

El ROE Dental Laboratory, con sede en Independence, Ohio, es uno de los mayores laboratorios dentales de EE. UU. (izquierda).BJ Kowalski, el presidente de ROE (derecha).

El ROE Dental Laboratory, con sede en Independence, Ohio, es uno de los mayores laboratorios dentales de EE. UU. (izquierda).BJ Kowalski, el presidente de ROE (derecha).

Al reducirse su número de pedidos, el laboratorio pasó a centrarse en proyectos internos e I+D, pero no fueron suficientes para compensar las pérdidas. ROE tuvo que despedir a la mayoría de su personal y conservó solo a los trabajadores más esenciales y el equipo directivo.

Mientras tanto, Formlabs había empezado a buscar formas de ayudar a la comunidad médica y usar la impresión 3D para afrontar la pandemia de COVID-19 y los problemas de abastecimiento en la cadena de suministro relacionados con ella. Hemos trabajado con decenas de hospitales, sistemas sanitarios y gobiernos de todo el mundo en diversos proyectos relacionados con la detección de la COVID-19, los equipos de protección individual y el material médico.

La impresión de bastoncillos nasofaríngeos surgió como una aplicación efectiva de la impresión 3D para dar una respuesta a la crisis. Estos bastoncillos se suelen usar para pruebas de detección de la gripe y otras infecciones respiratorias, pero actualmente hay una gran demanda de ellos y el suministro es muy limitado, dado que países de todo el mundo están realizando cada vez más test de COVID-19.

A lo largo de una semana, Formlabs y una serie de equipos médicos colaboraron para desarrollar un prototipo de bastoncillo nasal que se pudiera fabricar con impresoras 3D de esterolitografía usando la Surgical Guide Resin, un material biocompatible y esterilizable en autoclave. Los prototipos pasaron por ensayos de validación y ensayos clínicos rápidos en USF Health y Northwell Health Labs. Ahora, se están produciendo bastoncillos impresos en 3D en diversas instituciones sanitarias y en las instalaciones de fabricación de Formlabs en Ohio.

El Sr. Kowalski había estado siguiendo todas las novedades de Formlabs y se puso en contacto con nosotros para saber si su empresa podía ayudar.

Una apuesta que ha valido la pena

"Creo que entonces teníamos 18 impresoras. De hecho, yo ya había llegado a un acuerdo para sustituirlas por modelos [Form 3B], más nuevos. Estamos en una situación única, ya que somos un fabricante de dispositivos médicos registrado en EE. UU. con la Administración de Medicamentos y Alimentos Americana (FDA). Además, conocemos los materiales y el proceso de posacabados, y contamos con un personal técnico con mucha formación. Por eso, contábamos con todo lo necesario", nos dice el Sr. Kowalski.

ROE ya usaba 18 impresoras 3D SLA de Formlabs antes de la pandemia. Para fomentar la producción de bastoncillos, la empresa invirtió en otras 18 impresoras 3D para odontología, del último modelo, la Form 3B.

ROE ya usaba 18 impresoras 3D SLA de Formlabs antes de la pandemia. Para fomentar la producción de bastoncillos, la empresa invirtió en otras 18 impresoras 3D para odontología, del último modelo, la Form 3B.

El Sr. Kowalski empezó a medir el interés del sector, y en cuanto confirmó la fuente demanda de bastoncillos, encargó otras 18 impresoras y una gran cantidad de resina para aumentar la producción inmediatamente.

"En cierto sentido, fue un apuesta. Por suerte, nos ha salido bien. Estamos produciendo 15 000 bastoncillos al día, entre fabricación y empaquetamiento, pero no es el 100 % de nuestra capacidad; si quisiéramos, podríamos llegar hasta 20 000. Quedábamos solo una treintena de empleados, y hemos vuelto a llamar a 175 de ellos", nos cuenta el Sr. Kowalski.

"El estado de Ohio nos ha encargado un millón de bastoncillos, y hay varios sistemas hospitalarios, condados y municipios de Estados Unidos que han mostrado interés en ellos".

De los productos dentales a la fabricación de EPI y dispositivos médicos

Además de bastoncillos nasofaríngeos, ROE está fabricando equipos de protección individual. Incluyen cintas para la cabeza, pantallas de protección facial y ajustadores de mascarillas, que consisten en un armazón impreso en 3D personalizado y hecho a medida para la forma de la cara de una persona basándose en datos de escaneos 3D, con el fin de mejorar el sellado de las mascarillas.

"Solo estamos intentando mantener nuestra viabilidad y ayudar a que nuestros clientes del sector odontológico vuelvan al trabajo", afirma el Sr. Kowalski.

"[De no tener impresoras 3D], habríamos cerrado. Eso es lo bueno que tienen las impresoras 3D, que nos dan una flexibilidad inmediata. Tengo una sala llena de fresadoras, pero no son tan flexibles como las impresoras 3D, porque con ellas me veo limitado a fresar herramientas dentales de tamaños concretos. La flexibilidad empresarial que da la impresión 3D es muy alentadora, porque con ella pueden conseguirse muchas cosas distintas", nos dice el Sr. Kowalski.

Los bastoncillos nasales se empaquetan de forma individual y se esterilizan en autoclave antes de su envío.

Los bastoncillos nasales se empaquetan de forma individual y se esterilizan en autoclave antes de su envío.

En esta época en la que ciertos productos escasean, es crucial contar con materiales en tus instalaciones y resolver los problemas de la cadena de suministro.

"Habíamos estado comprando alcohol [necesario para el posacabado de piezas de resina impresas en 3D] en bidones de 200 litros, en palés de cuatro u ocho bidones. El precio subió cuatro veces, así que debía asegurarme de tener suficiente alcohol disponible. Necesitábamos cajas y etiquetas para los bastoncillos y embalajes, y todos los materiales tenían que ser esterilizables en autoclave. Básicamente, empezamos a cerciorarnos de tener nuestras necesidades cubiertas, y cuando empezaron a interesarse clientes en hacer pedidos, invertimos en otras 18 impresoras y en más material para asegurarnos de poder satisfacer la demanda de la producción", nos explica el Sr. Kowalski.

Para el control de calidad, el laboratorio rastrea cada bastoncillo a lo largo del proceso de fabricación.

Para el control de calidad, el laboratorio rastrea cada bastoncillo a lo largo del proceso de fabricación.

Que ROE ya hubiera invertido fuertemente en impresión 3D antes de la reciente crisis contribuyó mucho a que la empresa pudiera pasar rápidamente a la producción de bastoncillos.

"Por suerte, la mayoría de nuestros empleados están acostumbrados a las máquinas y el posacabado de Formlabs. Contamos con un sistema para el seguimiento de números de serie y podemos rastrear cada bastoncillo hasta la impresora, la estación de curado y el baño de alcohol por los que ha pasado, así como a la persona que lo empaquetó. Realizamos un seguimiento de todos los pasos del proceso, que es algo muy importante con este tipo de dispositivos. Si ocurre algo, tendremos un buen registro del recorrido del producto por todo el proceso de producción", dice el Sr. Kowalski.

El regreso a la normalidad

Aunque el cambio a la producción de bastoncillos y EPI ha ayudado a que el negocio se mantenga a flote y a traer de vuelta a empleados, el sector de la odontología ha empezado a mostrar señales de recuperación.

"Esta misma semana hemos empezado a recibir un volumen razonable de pedidos. Desde luego, no de nuestra total capacidad, pero hemos llegado al 50 % de los pedidos que teníamos antes, después de haber pasado por un período con un volumen un 20 % o un 30 % menor que ese. No creo que vaya haber ninguna interrupción por intentar compaginar nuestro trabajo dental con esta producción, porque ahora contamos con equipo nuevo que realiza estos procedimientos y que hemos comprado expresamente para ello", nos asegura el Sr. Kowalski.

Normalmente, el uso que ROE da a las impresoras 3D es producir modelos dentales, guías quirúrgicas, modelos óseos y un sistema patentado llamado CHROME GuidedSMILE, una solución para la cirugía guiada.

"Tendremos más capacidad de la que necesitamos para el trabajo dental, pero nos da mucho margen para el crecimiento y para explorar otras oportunidades. A veces, nos vemos limitados con los nuevos proyectos por intentar asignarlos a una impresora que ya está ocupada. Dispondremos de mucha capacidad extra cuando, con algo de suerte, volvamos a la normalidad. Tenemos muchas ganas de jugar con todo tipo de nuevos materiales diferentes", afirma el Sr. Kowalski.

Apoyo continuo en la lucha contra la COVID-19

Tras haber potenciado la fabricación de EPI y bastoncillos nasales, ROE sigue explorando formas de apoyar la lucha contra la COVID-19.

"Estamos explorando diferentes dispositivos médicos algunos de nuestros clientes necesitan. Por eso, tenemos varios proyectos distintos de I+D con diferentes dispositivos médicos que están pasando por algunas consideraciones de diseño ahora mismo", nos explica el Sr. Kowalski.

"El equipo de Formlabs ha sido muy eficaz al comunicarse con nosotros, proporcionarnos información y cumplir sus plazos. Han sido muy sinceros y directos con nosotros, y trabajar con ellos ha sido un placer. Tenemos otros socios que se dedican a la impresión 3D, pero parece que Formlabs claramente les lleva la delantera", nos dice el Sr Kowalski.